Ninguna pareja, ningún amigo, ningún jefe, ningún maestro, ningún padre…Nadie te salvará. Nadie puede evitar o cambiar lo que necesitas experimentar en esta vida.
Tampoco lo hará ninguna filosofía ni creencia, ningún trabajo y ningún lugar… Habrá muchas personas y cosas que te ayuden amorosamente a transitar el camino, pero el lugar al que has de llegar no puede encontrarlo nadie excepto tú mism@.
Ese lugar está oculto dentro de ti y lleva años esperándote. Cuando te atreves a experimentar plenamente tu vulnerabilidad, cuando te abres a sentirte en los días pesados y en los alegres, cuando caes de rodillas a la tierra y te rindes a tus luces y a tus sombras… Entonces te acercas a tu más pura esencia y a tu verdadero tú.
Cuando te abrazas a ti con todo y te atreves a ser auténticamente tú, entonces te salvas.