Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Del hacer al ser

Del hacer al ser

Ya hice suficiente.
Me esforcé por conquistar el mundo
con la esperanza de encontrar un lugar
que se ajustara a mis anhelos.
Luché contra viento y marea
por hallar amor,
recompensa, besos, reconocimiento.
Y el éxito no llegó a pesar de mis desvelos.

El éxito nunca llegó por todo lo que hice,
pero si apareció cuando supe ver todo lo que fui.
Gracias a la autenticidad que fui capaz de Ser
en cada momento.
Y también a la que no supe ver ni mostrar.

El éxito llegó cuando comprendí que lo que quería ya estaba aquí,
en cada respiración, en cada latido.
Eso que buscaba nunca llegó y nunca se fue,
porque siempre estuvo a mi lado, en mi centro,
en el interior de esa carcasa
que un día pareció inerte,
la misma que un día pareció despertar a la vida.

Llegó cuando me rendí, cuando claudiqué,
cuando me quité los zapatos y mostré mis pies descalzos,
sucios y bellos como un tesoro, enterrado en un barro hecho de años de olvido.
Cuando comprendí que el éxito no era un territorio por conquistar
sino un espacio infinito que me atraviesa y que emana de mi,
atrayendo a la vida lo que más deseo.

Lo que deseo, lo que deseamos, es Ser
lo que en realidad somos.
Y nos perdemos buscando,
intentando hacer gestas imposibles
porque carecemos de amor a nuestro más preciado tesoro:
nuestro Ser.
Ser es algo que nadie nos puede dar ni quitar.

Ahora ya lo sé.
Encontré, mi búsqueda dio fruto.
Y comprendí que Ser es lo único que tenía que hacer.

Ser, instante tras instante.
Ser con mis imperfecciones,
con lo duro, lo blando, lo complejo, lo simple, lo manifiesto y lo invisible.
Con mi belleza y mi fealdad, con mi cuerpo irregular,
con mis contradictorios pensamientos y mis confusas emociones,
con todo lo que algunos denostan y otros admiran.

Y ahora que ya lo sé, no hago nada más que Ser.
Me entrego a la vida que me invade, que todo lo inunda en este momento.
Desde ese Ser contemplo el mundo que me rodea,
respiro y agradezco porque ya soy todo lo que siempre busqué.
Soy yo.
Cansada y desnuda, sin corazas, sin disfraces,
con mis logros y con todo lo que nunca lograré.
Yo entera, con mi miseria y mi grandeza.

Yo Soy.

Leave a comment

ocho − dos =

Go to Top